top of page

Depresión

  • Anna Vives
  • 30 mar 2015
  • 2 Min. de lectura

Me viste, pero yo te miré. Me hablabas, pero tus palabras escondían tus intenciones. Me sonreías, pero me mentías. Mi corazón suspiraba anhelando el dulce dolor de la verdad. Tus abrazos llenos de falsedad se clavaban en mi alma. Cuchillada tras cuchillada. Me quitaste lo único que yo amaba. Y seguías sonriendo, y seguías mirándome, y yo te odiaba pues ya no me quedaba nada. Me quitaste la vida entera con tu pésima traición. Y el amor se rompió y el mal entró y mi vida se extinguió. Las lágrimas caían pesadas hundiendo mi piel ya insensible. Amor, dulce amor. Ya no importa nada. Ven y abrázame. Sonríe y bésame. Mírame y habla. Que tus palabras se difuminen en el aire cómo el humo de tu cigarro. Asciendan y suban perdiéndose en el limbo dónde se juntan la vida y la muerte. Y cuando me toques, quemando mi piel con tu insensatez, yo callaré juntando mis labios. Y las profundidades de mi alma se tornarán tinieblas, dónde podré gritar, arañar, llorar, pegar, sufrir y, finalmente, volver a morir. Y tu nada sabrás, pues esta es mi voluntad. Morir en silencio cada vez que te vea. ¿Qué importa ya mí vida? Nada. La nada eterna se extiende cómo el manto nocturno invocando el desprecio, la tristeza y el dolor. El pozo es hondo y oscuro. ¡Luz! ¡Quiero luz! Intento subir pero mis manos están bañadas en sangre. No puedo agarrarme. Duele. ¡Duele! ¡Que alguien me saque de aquí! Y nadie me oye. Y nadie me escucha. Invisible cómo un pensamiento avanzo entre la gente bajo la lluvia. Bajo mí lluvia. Gris, oscuro, y finalmente negro. Alzo el vuelo a lomos de un cuervo salvaje. En su ojo veo mi propia alma y sus garras afiladas se hunden en mi carne blanca. Y un brillante riachuelo carmesí se escurre por mi pecho tiñiendo las nubes al paso del vuelo. El cuervo se sacude y yo caigo en el vacío. Voy a morir, otra vez y otra y otra y otra. Y esta pesadilla no tiene fin. ¿Tubo principio? Mi alma pesumbrosa está derrumbada. Tiemblo desde el suelo. No puedo levantarme. No puedo moverme. Me falta el aire y mi pecho lucha por la supervivencia. ¡Oh! ¡Dejadme morir de una vez! Quiero desaparecer cómo una mota de luz que se extingue ahogada por la cera de una agotada vela.

img_8588b.jpg

 
 
 

Komentáře


 Buscar por tags 

S

Suscríbete para Obtener Actualizaciones

¡Felicitaciones! Estás suscrito

EL ABISMO

bottom of page