QUERENCIA
- Ana María Benítez
- 17 jun 2015
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Buscaba su mirada, era tan cautivadora que le hacía querer más de esa mujer, llamar su atención era un imposible casi perfecto, pues solo a veces ella le seducía con sus deseos perversos.
En su rostro guardaba aquella dulzura de la bondad, pero en sus ojos tenía el fulgor que arrebataba almas.
No lograba entenderla, era una simpatía compleja, cómo podría amarla, se preguntaba… si ella nunca la había correspondido.
Tan solo pensaba… eres deseo profundo de este ser o solo un querer para saciar estos labios rotos, si rotos, de morderlos al verle saborear los suyos…

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