EL GRITO DE MI SUBCONSCIENTE
- Srta.Rouge
- 9 may 2015
- 1 Min. de lectura
Impasible tu rostro me espera,
llegaré lo más pronto posible
tras escuchar el grito de tu llamada,
una voz que aterciopelada, delira.
Respira, llénate de aire nuevo,
de sueños buenos mientras llego,
de paisajes bellos. Así me acerco,
me agarro a tus manos, no me suelto...
Confundo la noche con el día
y el día con la tarde.¡No hables!
no digas nada, ni con evasivas respondas,
no sueltes palabras que en mi mente
engordan, que se hacen más fuertes
atravesando las rotondas de mi ser.
Mejor cállate, y entre las sombras
prefiero que te escondas, a través
de inaccesibles caminos, como
inexorables son tus pensamientos.
Deja los lamentos y las lágrimas
para otras momentos, te ruego
no más conjeturas disfrazadas con
palabras manchadas de pintura negra,
que aturdidas, pierden su armonía
en el suave lenguaje del contexto.
Ya no pienso, me resigno a la huida
que a tu pesar, entusiasmada comienzo,
adentrándome en un nuevo mundo sin más,
dejándome la vida en ello.
Perplejo quedas ante mi libertad
que una vez desahuciaste, tras en mi mundo quedarte.
Ahora sólo quedo yo y una botella
enfrente, transparente es, e irrompible a su vez.
Medio llena de vino está, y el reflejo de la luz
deja ver su color rojizo oscuro.
No me abrumo, en parte asumo que las heridas en la piel,
pueden enrojecer como el color de aquel líquido presente.
Pero la otra mitad está vacía, me recuerda a tí, a tu desorbitada
forma de apreciar la vida, precipitada idea que gracias a mí,
tú en mi mente existas.

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