CONTIGO SE FUERON MIS SUEÑOS
- SALVADOR PAGEO VÁZQUEZ
- 18 may 2015
- 1 Min. de lectura
Agitada la noche, me golpea ferozmente sin piedad; destruyendo la escenificación más preciada de mis sueños.
Corro desesperado por el laberinto de la incomprensión, intentando buscar una salida y hallo la senda recorrida millares de veces, que me abre la misma puerta de dolor.
Despierto y no siento.
Abro los ojos, miro y no consigo ver, pues los colores se esconden, quitándome la luz.
Busco una sonrisa y mis labios castigan la insolencia con una mueca de desprecio.
Trato de alcanzar un pensamiento y se me niega la razón.
Atisbo una ilusión, y se marcha amargamente sin tomar en consideración mis desvelos.
Invade la tristeza el ánimo, y mi corazón se rompe en mil pedazos.
Fuerzo la memoria buscando algo de consuelo, y solo encuentro entre sus restos el susurro de una quimera.
Aparece en mi rostro un llanto apesadumbrado, sin lágrimas que derramar.
Introduce la sospecha una inquietud en mis entrañas, paralizando el cuerpo maltrecho con enérgicos latigazos de pena.
Deambulo sin percepción por los caminos del intelecto, y me pierdo buscando el alma destrozada.
Asalta violentamente la insensatez al raciocinio creyendo que aún estoy contigo.
Destroza el delirio tu imagen aplastando la ingenua esperanza de verme entre tus brazos.
Evoca la conciencia un deseo, representando una fantasía que la imaginación me lleva a la locura.
Irrumpe sin resplandor el alba, cubriendo de sombras toda mi certeza, y desaparezco de tu vida.
Exhalo un gemido, no te siento y tu amor deja de existir.

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