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Hedy Lamarr: belleza e inteligencia

  • Victoria Suever
  • 22 may 2015
  • 5 Min. de lectura

La actriz Hedy Lamarr, llamada Hedwig Eva María Kiesler, nació en Viena en 1913 y falleció en Miami en el 2000 con 87 años. Nacida en Austria, era hija de un banquero de origen ucraniano y de una pianista de ascendencia húngara. Pasó su infancia en reputados internados de Austria y Suiza, donde adquirió una sólida formación que completó con las clases particulares que recibía de institutrices y profesores personales. Su temprana pasión por el arte dramático logró convencer a su padre, (algo muy excepcional en la época) y se matriculó en la prestigiosa escuela del director de escena Max Reinhardt.

Desde adolescente, filmó varias películas, y en 1932 viajó a Praga para protagonizar Éxtasis, film dirigido por Gustav Machaty, en el que protagonizó uno de los primeros y más escandalosos desnudos de la historia del cine. Nada hacía sospechar en su comienzo que una chica nacida como Hedwig Eva Maria Kiesler en el antiguo imperio austrohúngaro, y de familia judía, acabaría siendo la primera mujer en protagonizar un desnudo integral y a se la primera persona en concebir la tecnología del espectro ensanchado que más tarde daría lugar a la tecnología wifi.

La joven que desde pequeña fuera considerada por sus maestros como superdotada, pasó durante años a ser conocida únicamente como “la mujer más bella de la historia del cine” y durante muchos más se la recordó como aquella que en la película checa Éxtasis (Gustav Machaty, 1933) corría desnuda por el bosque y mostraba directamente su rostro durante un orgasmo. Algo absolutamente imperdonable para la época. El controvertido filme llegó a ojos de un rico vendedor alemán de armas, Friedrich 'Fritz' Mandl, que proveía de municiones y aviones de combate a sus amigos Hitler y Mussolini.

Mandl se obsesionó con Hedy y “obligó” a sus padres a dársela en matrimonio. Era la época de III Reich, y sus padres eran judíos.

Contrajo matrimonio con Fritz Mandl en 1933. Mandl intentó por todos los medios que la película no fuese exhibida en ningún medio y ordenó comprar y destruir todas las copias del film para que el público no contemplase el desnudo integral de su esposa. Como es obvio no lo consiguió. Hedy se divorció de Mandl cuatro años después, en 1937.

Durante los años que permaneció casada, él la tuvo encerrada en su mansión, dejándola apenas salir con él para asistir a cenar o reuniones. La controvertida actriz sedujo a la criada para que la ayudara a huir del hogar conyugal, camino del éxito en Hollywood. Ella recordaría esos años más tarde, como una verdadera esclavitud.

Poco después ya trabajaba en Hollywood en una producción de Walter Wanger titulada "Argel". Y un año después firmó un contrato con la Metro Goldwyn Mayer, estudio que le cambió el apellido. En la Metro protagonizó bastantes películas a comienzos de los 40, en las que Lamarr era utilizada básicamente como símbolo de sensualidad por su deslumbrante belleza.

Pero no es esta la faceta que queremos remarcar de tan deslumbrante actriz ni su apasionada vida sentimental, ya que se casó seis veces. Ni que rechazara participar películas tan importantes como “Casablanca” o “Lo que el viento se llevó”, sino su faceta científica.

Porque Lamarr, “la muchacha que corría desnuda por el parque” o la rencorosa “Dalila” junto a Víctor Mature, aprovechó los años que su marido la tuvo en cautiverio para continuar sus estudios de ingeniería y de paso aprovecharse de los clientes de su marido y obtener información sobre la tecnología armamentística de la época.

Los acontecimientos que siguen sí serían dignos de un guión cinematográfico: con la ayuda de su criada, con quien mantenía una relación sentimental (no se sabe si ficticia), escapó desde la ventana del baño de un restaurante donde la esperaba un coche de caballos para huir a París. Perseguida por los guardaespaldas de su marido, logró llegar a su destino y continuar hacia Londres. Allí tuvo que vender sus joyas, y en estos tejemanejes conoció, por casualidad (o no), a uno de los magnates de Hollywood, Louis B. Mayer, el empresario de la Metro Goldwyn Mayer, junto al que se fuga embarcando ambos hacia los Estados Unidos.

En aquel viaje en barco liberador fue donde nació Hedy Lamarr, nombre dado por su protector Mayer, y con el que firmó un contrato de siete años como actriz con la compañía.

Compartió guión con Charles Boyer, Clark Gable, Lana Turner o Jimmy Stewart. De esa época de grandes películas es Sansón y Dalila.

Más tarde pronunciaría su célebre frase: “Cualquier chica puede ser glamourosa. Lo único que tienes que hacer es quedarte quieta y parecer estúpida”.

Aseguran que Hedy Lamarr odiaba las fiestas y nunca bebía. “Su principal hobby era inventar". Ya con el título de ingeniera en Telecomunicaciones, conoció a quien sería su principal apoyo en la creación de un sistema secreto de comunicaciones. En 1940 patenta el llamado espectro expandido, que hacía posible la transmisión de señales secretas sin poder ser interferidas.

El compositor George Antheil y ella idearon un sistema de detección de los torpedos teledirigidos utilizados en la contienda. Inspirado en un principio musical, el invento funcionaba con 88 frecuencias, equivalentes a las teclas del piano, y era capaz de hacer saltar señales de transmisión entre las frecuencias del espectro magnético.

Registraron la patente y se la ofrecieron de forma gratuita al Ejército de los Estados Unidos, quienes no la utilizaron por miedo a que fuera detectada por el enemigo, pero la guardaron y la mantuvieron en secreto.

Mientras, el régimen nazi continuaba su avance por Europa, y Lamarr, impotente, de nuevo ofreció su colaboración y su inteligencia al Gobierno estadounidense para el desarrollo de investigaciones científicas en busca de avances armamentísticos. Pero su título de “mujer más bella” se impuso a su ingenio y para lo que el Gobierno la demandó fue para utilizar su fama –y, por supuesto, su belleza– y convertirse en imagen de pósteres propagandísticos y para ayudar en la venta de bonos de guerra. Aquel que comprara 25.000 dólares conseguiría un beso de la actriz: Lamarr logró vender siete millones de dólares en bonos de guerra en una única noche.

La tecnología patentada por Lamarr y Antheil en 1940 ha demostrado ser la solución esencial para la comunicación secreta vía radio y para compartir el número de canales de radio ocupados. Hizo posible la transmisión de señales secretas sin poder ser interferidas y Estados Unidos lo utilizó por primera vez durante la crisis de Cuba, después como base para el desarrollo de las técnicas de defensa antimisiles hasta que, en la década de 1980, el sistema de espectro expandido vio sus primeras aportaciones en ingeniería civil.

Su idea, mantenida en secreto por el ejército, acabó convirtiéndose en la precursora de la tecnología que se utiliza hoy en día en las comunicaciones inalámbricas de los teléfonos móviles, los sistemas GPS y la tecnología wifi.

En 1998 la Electronic Frontier Foundation concedió a Hedy Lamarr y George Antheil el Premio Pionero reconociendo su contribución fundamental en el desarrollo de las comunicaciones basadas en ordenadores. George Antheil murió sin conocer su aportación a la tecnología ni ver su reconocimiento y Hedy Lamarr rehusó a ir a recoger aquel premio. Murió dos años después en Florida.

El día de su nacimiento, el 9 de noviembre, se celebra el Día del Inventor en su honor.

Hedy también tuvo problemas legales por su conocida cleptomanía, por la que fue arrestada en diversas ocasiones acusada de hurtar en tiendas.

El 19 de Enero del año 2000 falleció en su residencia de Florida. Tenía 87 años.

La superdotada actriz no encontró hombres a su altura, pero sí un lugar en la historia.

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